Con la pronta llegada de la primavera, las frutillas hacen sus primeras apariciones en las verdulerías, trayendo consigo el color y el sabor de la temporada. Este fruto, que es sinónimo de frescura y dulzura, se convierte en el protagonista de muchas mesas argentinas.
Las frutillas son extremadamente versátiles, y se pueden disfrutar de muchas maneras, tanto en solitario como acompañando otros alimentos. Aquí te doy algunas ideas para saborear estas delicias de temporada:
Frutillas frescas: Simplemente lavadas y cortadas en mitades o cuartos, son un snack saludable y refrescante. También se pueden mezclar con un poco de azúcar o miel para realzar su dulzura.
En ensaladas: Las frutillas agregan un toque especial a las ensaladas verdes. Combínalas con hojas de espinaca, nueces y queso de cabra para una ensalada gourmet.
Con yogurt: Una opción clásica es acompañar las frutillas con yogurt natural o crema. También se pueden mezclar con yogurt y granola para un desayuno o merienda completa.
En bebidas: Las frutillas son excelentes para preparar jugos naturales, smoothies o incluso para infusionar en agua, dándole un toque refrescante.
Como postre: Las tartas de frutillas y crema chantilly o crema pastelera son un clásico que nunca falla. Una base crocante y dorada, cubierta con una capa suave y cremosa de chantilly o pastelera, y coronada con frutillas frescas y jugosas. Este postre combina la acidez y dulzura natural de las frutillas con la textura cremosa, creando un equilibrio perfecto de sabores y sensaciones en cada bocado. Es una opción ideal para un postre ligero y elegante, perfecto para disfrutar en primavera o verano.
Para aprovechar al máximo la temporada de frutillas y mantenerlas frescas el mayor tiempo posible, es importante saber cómo conservarlas:
Compra y selección: Al comprar frutillas, elegí aquellas que estén brillantes, firmes y sin signos de moho o magulladuras. Las frutillas no maduran después de ser cosechadas, así que elige las que ya estén maduras.
Almacenamiento en la heladera: Una vez en casa, colocalas en un recipiente forrado con papel absorbente, sin apilarlas demasiado, y cubrilas ligeramente con un film plástico. Se recomienda consumirlas en un plazo de 2-3 días.
No lavar hasta el momento de usar: El agua acelera la descomposición de las frutillas, por lo que es mejor no lavarlas hasta que vayas a consumirlas.
Congelación: Si tenés muchas frutillas y no querés que se desperdicien, podés congelarlas. Lavalas, secalas bien, quitale los cabitos y congelalas en una bandeja en una sola capa. Una vez congeladas, guardalas en bolsas o recipientes herméticos.
Evita la exposición al sol: Las frutillas deben mantenerse en un lugar fresco y oscuro antes de refrigerarlas, ya que la luz y el calor pueden acelerar su deterioro.
Las frutillas no solo son un deleite para el paladar, sino también una invitación a disfrutar de los pequeños placeres de la temporada. Ya sea en su forma más simple o como parte de un postre más elaborado, estas frutas tienen el poder de transformar cualquier plato en una experiencia especial. Al incorporar frutillas en tu cocina, estás llevando a tu mesa un pedacito de primavera, fresco y vibrante. Aprovechá su temporada y dejate llevar por su sabor inconfundible. ¡A disfrutar de las frutillas!