Desde la antigua Sumeria, el pan se dividía en dos para ser rellenado, transformándose en lo que los uruguayos llamamos refuerzo, luego llegarían los sándwiches, preparados con pan de molde, especialmente previsto para eso. No hay país donde no existan, en cada uno con sus características, y los hay muy básicos pero también los hay gourmet, con combinaciones dignas de un lugar en la guía Michelín.
En las calles de Uruguay es posible comprar choripanes, milanesa al pan, hamburguesa al pan, en las plazas, los trabajadores se toman su media hora de descanso con un tupper del que sale un sándwich de omelette o fiambre.
El pan, como elaboración económica y saciadora, es la base de esta preparación, que en momentos de escasez es la oportunidad de ir a la cama con la panza llena pero que también es sinónimo de una bocata en un viaje por el mundo, o incluso de chivito para quienes en su viaje por el mundo llegan a nuestra tierras orientales.
Hay un producto que cuando entra en juego gana todas las competencias, el queso, por eso no podemos no pensar en un crocante sándwich caliente o en un suave y fresco sándwich olímpico que además de queso aportará huevo, lechuga, tomate, jamón y en algunos casos, zanahoria.
Hoy incluso se puso de moda que la torta de cumpleaños sea salada y en el primer lugar de los elegidos están los olímpicos decorados para la celebración. Siguiendo con celebraciones, ahí los favoritos son los pebetes que además tienen un tamaño ideal para el copetín.
No hay buen sándwich sin un buen pan, el favorito para una combinación es el pan lactal pero un lugar especial tienen las tortugas, y en los gourmet, el primero lugar sin duda se lo lleva el pan de nuez.
Sobran motivos para hoy darnos un gusto y animarnos a probar una nueva combinación para nuestro sándwich, debería haber dicho, nuestro refuerzo.
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🗑 Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y Desperdicio de Alimentos
