En este blog te contamos por qué la espinaca es un superalimento, con beneficios que van desde fortalecer los huesos hasta mejorar la salud ocular. En Cookpad te invitamos a explorar opciones crudas y cocidas para aprovechar al máximo sus nutrientes.
La espinaca, rica en nutrientes como hierro, calcio y vitaminas, es una aliada esencial para fortalecer la salud ósea y prevenir la anemia. Su contenido de antioxidantes contribuye a la salud ocular, mientras que su baja densidad calórica la convierte en una opción ideal para mantener un peso saludable.
Sus propiedades antiinflamatorias y ricas en fibra la hacen beneficiosa para la salud digestiva. Ya sea cruda en ensaladas para una dosis de frescura o cocida en diversos platos, la espinaca ofrece una manera deliciosa de mejorar la salud general. Incluir esta hoja verde en tu dieta no solo agrega sabor, sino también una dosis vital de nutrientes esenciales.
Relleno de espinaca para pasta: Dale un giro saludable a tu pasta favorita con un relleno verde. Mezclala con ricotta y nuez moscada para crear un relleno delicioso que eleva cualquier plato de pasta. Y si quedó extremadamente rico, no uses masa y transformalo en unos deliciosos malfatti.
Risotto de espinaca: Elevá tu cocina con un risotto cremoso. Cociná el arroz en caldo con espinacas frescas y parmesano para obtener un plato reconfortante y lleno de verdor.
Wrap de espinaca: Podés crear wraps saludables y llenos de color reemplazando las tortillas o rapiditas tradicionales con hojas de espinaca. Rellenalos con pollo, palta y tomate para un almuerzo fresco y equilibrado. Si preferís un menú más calentito, podés optar por frilloas de espinaca.
Arroz con espinaca: Preparar un delicioso arroz con espinaca es una manera perfecta de fusionar sabor y salud. Cocina el arroz con espinacas frescas y agregales ingredientes como tomate y queso cremoso para una experiencia culinaria única que combina lo reconfortante con lo nutritivo. Si te sobra un poco, es ideal para hacer croquetas de espinaca.
Muffins de espinaca: Transformá los clásicos muffins en una opción más saludable incorporando espinacas. Combinalas picadas con harina integral, yogur y un toque de queso para crear muffins esponjosos y llenos de sabor.
Omelette con espinaca: Elevá tu desayuno con un omelette esponjoso y lleno de verduras. Mezcla espinacas frescas con champiñones, queso y huevos batidos para crear un desayuno abundante y nutritivo que te mantendrá lleno de energía.
Jugo verde con espinaca: Revitaliza tu día con un jugo verde lleno de vitalidad. Mezcla espinacas frescas con pepino, manzana, limón y jengibre para crear un jugo refrescante y lleno de nutrientes que impulsa tu energía y salud.
Buñuelos de espinaca: Son una opción sabrosa y nutritiva para disfrutar como aperitivo o acompañamiento. Combiná espinacas con harina, huevo y condimentos, y fritalos hasta obtener unos buñuelos dorados y crujientes.
Mantener la espinaca en condiciones óptimas es esencial para preservar su frescura y calidad:
Almacenamiento en la heladera: Guardá la espinaca refrigerada para mantener su frescura. Utilizá bolsas de plástico perforadas o contenedores herméticos para evitar la humedad excesiva que puede acelerar el deterioro.
Lavado y secado adecuados: Lavá la espinaca justo antes de usarla para evitar que se vuelva excesivamente húmeda. Secala con cuidado para eliminar el exceso de agua, ya que la humedad puede propiciar el crecimiento de bacterias.
Preferir la compra local: Optá por espinacas frescas de productores locales siempre que sea posible. Esto no solo apoya a la comunidad, sino que también aumenta las posibilidades de obtener espinacas más frescas y recién cosechadas.
Separación de otros vegetales: Almacená lejos de frutas y vegetales que emiten etileno, como manzanas y bananas. El etileno puede acelerar el proceso de maduración y descomposición.
Congelación estratégica: Si no puedes consumir toda la espinaca antes de que se deteriore, considerá congelar porciones pequeñas. Lavá y secá las hojas antes de congelarlas para preservar su textura y sabor.
Comprá en cantidades apropiadas: Evitá comprar grandes cantidades, a menos que planees usarlas rápidamente. Comprá solo lo que necesitas para reducir el riesgo de desperdicio.
Control de temperatura de la heladera: Asegúrate de que la temperatura esté ajustada adecuadamente para mantener la espinaca fresca. La temperatura ideal para el almacenamiento de espinacas es generalmente alrededor de 0°C a 5°C.
Rotación del inventario: Practica la rotación de inventario en el refrigerador. Coloca las espinacas más nuevas en la parte posterior para que se utilicen antes que las más antiguas.
Compra en época adecuada: Optá por comprar en su temporada para obtener productos más frescos y llenos de sabor. La espinaca es típicamente más fresca y asequible durante la primavera y el otoño.
Envases transparentes: Si comprás espinacas preenvasadas, elegí envases transparentes para evaluar visualmente la frescura de las hojas. Buscá espinacas que estén libres de manchas y tengan un color verde vibrante.
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