El Día Internacional del Pan, dedicado a uno de los alimentos más tradicionales en la historia humana se celebra el 16 de octubre de cada año.
Desde la antigüedad, este alimento se ha elaborado utilizando el trigo. Para su preparación, era común machacar los granos que, al mezclarse con agua, formaban una pasta. Esta era usada para hacer el pan. Con el paso de los años y el uso de nuevos inventos, se pudo procesar el trigo para la fabricación de este alimento en hornos.
Los egipcios fueron los primeros en descubrir cómo se producía la levadura para darle un mejor sabor al pan y fue simplemente dejando que la masa se fermentara. Los griegos introdujeron el uso de la miel y nueces en su elaboración y los romanos nuevas técnicas e ingeniosos equipos como máquinas de amasar muy innovadoras. Es a partir de este imperio, donde nace oficialmente, el primer colegio de panaderos. A partir de entonces, el pan ha ganado fama y aceptación en todas las sociedades del mundo. Un exquisito y nutritivo producto elaborado a base de trigo que tiene orígenes antiquísimos que ha ido evolucionando y que se ha ido adoptando en todo el mundo, y que ha servido para saciar el hambre, incluso en momentos difíciles que ha atravesado la humanidad como grandes catástrofes y guerras
Cada país tiene su propia manera y estilo de elaboración, sin embargo, en su preparación se utilizan algunos ingredientes básicos como la harina de trigo, la levadura, agua y sal que dan como resultado final un crujiente pan, del cual se desprende un exquisito aroma y que es una verdadera delicia para el paladar.
El pan ha formado parte de la dieta de los seres humanos durante mucho tiempo. Tradicionalmente se elabora a partir de trigo, ya sea blanco o integral, pero también se usan otros granos, como: el maíz, que al no tener gluten es ideal para celíacos; el centeno, que contiene mucha fibra y un delicioso sabor ligeramente amargo; cereales germinados que no necesitan levaduras; y con espelta que es mucho más digerible que el trigo y tiene mucha fibra.
El pan, indispensable en el día a día de los mexicanos, data de los primeros años de la Colonia. Llegó por accidente ya que, en 1522, unos granos de trigo se colaron en una carga de arroz que arribó al puerto de Veracruz y el hombre que los halló no dudó en sembrarlos. Así nacieron espigas doradas que introdujeron la costumbre panadera a la Ciudad de México.
Con la intervención francesa, los panes blancos obtuvieron sabores sofisticados y, fue así como el pan mexicano fue evolucionando e integrando aspectos propios de distintas culturas para hacerlos convivir de forma armoniosa. Le debemos el origen a España y el sabor a Francia, pero la variedad tan extensa y colorida que se ofrece en los estantes de las panaderías es meramente mexicana. Banderillas, Bolillos, Conchas, Garibaldis, Gorditas de nata, Pan de muerto y Puerquitos, por nombrar algunos, deleitan nuestros paladares y sentimos verdadera fascinación por este versátil alimento, que es una verdadera obra maestra de la cocina.
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