¡Este arroz sabe a México!
El arroz en México se viste con los colores de nuestra bandera. Verde, blanco y rojo, y es tan mexicano como el chile a pesar de que llegó a nuestro país cruzando los mares desde Asia en la Nao de China.
El arroz verde que evoca los campos en temporada de lluvias y que se pinta tradicionalmente con chiles poblanos molidos, pero que también se puede preparar con espinacas o cilantro. Las recetas son muchas y los placeres variados.
El arroz blanco se empezó a preparar en Morelos, región arrocera por excelencia siguiendo el método de lavar y remojar el arroz, escurrirlo, dejarlo secar al sol y después prepararlo. Es un poco tardado para nuestros tiempos modernos y ahora preferimos freírlo, pero se cuenta que los granos, al prepararse de esa manera, quedan gorditos y esponjados.
Cuando decimos arroz, lo primerito en lo que pensamos es en el arroz rojo que acompaña al mole y cuando le echamos zanahoria en cubitos y chícharos se torna en arroz a la mexicana. Un dato curioso es que la primera vez que se publicó una receta de arroz con ese nombre fue en 1917; época en la que por cierto surgieron la mayoría de las recetas “a la mexicana”.
Hay infinidad de platos mexicanos que lo utilizan, desde los tamales canarios, pasando por las tortitas de arroz que reutilizan las sobras de este, porque aquí nada pero nada se desperdicia, hasta el arroz con leche que evolucionó del manjar blanco de las cocinas conventuales al enriquecerse con la leche condensada por primera vez en el siglo XIX.
El arroz tiene mil formas de prepararse, pero cada familia tiene su favorita.
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